912 Altitud Crianza

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Cuando la viña se acerca al cielo, en la meseta castellana, al límite de la capacidad de adaptación de la Tinta del País, allí, al sur de la Ribera, con un clima extraordinario de grandes oscilaciones térmicas diarias, sequías prolongadas y terruño arcillo-calizo poco profundo, allí se crían las uvas que dan lugar a este vino, nacido en tierras altas.

A la vista: Capa alta-media. Color rojo, aún conserva tonos cereza aunque se puede acercar más al guinda. Lágrima bien definida en el vidrio, ya nos va dando a entender que el vino tendrá cierta consistencia en la boca. Limpio y brillante. 
En nariz: Muy complejo, intensidad media. No encontramos excesivos olores de reducción, ya desde el principio las notas son positivas. La decantación no esfundamental. Perduran aún notas de frutas rojas, frambuesas, fresas, aunque más tarde también aparece como no, la mora. También encontramos tonos de cedro, tabaco, y ciertos recuerdos a pastelería, tostados muy sutiles. Sutileza y equilibrio entre las notas varietales y de crianza. 
En boca: Entrada dulce, los taninos de roble francés han realizado con gran elegancia su cometido. Rápidamente su equilibrada acidez nos aporta esa sensación de estar ante un vino vivo. Gran persistencia. El agradable amargor nos proporciona otra sensación más.

La bodega está situada en el municipio de Fompedraza, a 8 km de Peñafiel, al sur del rio Duero. Se trata de una bodega familiar que busca producir vinos de calidad, respetando el terroir y combinando una viticultura tradicional, donde la vendimia y las técnicas de selección de la uva siguen siendo manuales, a la vez que se cuenta con los últimos adelantos técnicos en maquinaria.

Las viñas que se encuentran en el páramo calizo de Fompedraza están situadas a 912 metros de altitud sobre el nivel del mar, siendo una de las zonas de la Ribera que cuenta con unas características climatológicas diferentes al viñedo del valle. De aquí proceden los vinos más emblemáticos de la bodega: los “912 de altitud”.